Claves del éxito del Club de la Farmacia, el portal de referencia de los farmacéuticos
Ya he hablado otras veces de que me gusta diferenciar entre dos conceptos que normalmente se emplean mal: Éxito profesional y Satisfacción profesional. Para mí, la única importante es la satisfacción profesional, el estar a gusto y satisfecha con lo que hago, con el trabajo en el que invierto mi tiempo. Está muy ligado al concepto de “calidad”: las cosas se han de hacer bien hechas para poder estar satisfecho con lo que haces.
Sin embargo, en ocasiones uno tiene la rara y especial ocasión de participar en un proyecto donde satisfacción y éxito profesional van unidos. Es el caso del Club de la Farmacia de Almirall, esa comunidad online del sector farmacia que te habrán comentado en la facultad si has hecho algún master de marketing farmacéutico o similar.
Estoy convencida de que la razón de la continuidad en el tiempo del Club de la Farmacia es la adherencia que tiene al portal el usuario/fan Club debido a la alta calidad del proyecto. Es esta misma calidad la que lo ha convertido en un referente en el mundo de la farmacia y la que es responsable de que —después de 5 años y con un techo de usuarios (el mundo de la farmacia y de los farmacéuticos)— el número de socios siga creciendo exponencialmente. Sin invertir en publicidad, sin anuncios en Facebook, sin promociones por suscribirse, con poca difusión mediática... y nunca hemos parado de crecer.
Si eres profesional de la farmacia y quieres ver lo que el Club te ofrece, te invito a que te suscribas. Por supuesto, solo si lo deseas: accederás sin compromiso a un mundo de información, formación y recursos gratuitos de calidad y de gran utilidad para el profesional farmacéutico que no imaginas que puedan estar recogidos en un mismo sitio.
Pero, ¿de dónde viene el éxito del Club de la Farmacia?
Es fundamental y sería totalmente injusto no reconocer que no empezamos la renovación del Club de 0: el Club de la Farmacia existía ya desde hacía 6 años, y era un proyecto consolidado con un histórico y unos usuarios de partida en su web, y acciones en marcha offline.
Pero creo sinceramente que el éxito y la proyección actual del Club de la Farmacia como marca en el sector no hubiera llegado tan lejos sin nuestro team leader de la renovación que empezó en 2010, @Albert Pantaleoni. En mi opinión, la clave es que Albert ha ejercido su liderazgo no solo escogiendo sino también apostando por el equipo que tiene, escuchándolo y dotándole de recursos y de libertad para desarrollar su trabajo. Y todos sabemos que encontrar un jefe o líder así no es lo más frecuente del mundo (por supuesto, con el beneplácito y el apoyo de sus superiores de Almirall).
Albert tiene también otra gran virtud en un mundo laboral que muchas veces está dominado por el miedo al cambio, por el “triunfa y échate a dormir” o por el “si ya funciona, no lo vamos a tocar”. Él ha favorecido siempre la adaptación del proyecto al mundo cambiante en el que vivimos; en el Club siempre hemos sido punteros, cada año apostando por dar un paso más. Por ello, tanto equipo como usuarios hemos permanecido atentos y motivados, fieles al Club.
Porque otro punto clave del éxito del proyecto es la gran complementariedad y la implicación del equipo que lo desarrolla, junto al alto nivel profesional de sus componentes en particular. Algunos llegaron y se fueron, pero el núcleo duro continúa siendo el mismo desde 2010. Y hay un trasfondo que se traduce en el resultado final que ve el usuario: el respeto y la admiración profesional mútua a lo que cada uno es y sabe de su campo, y cómo nos escuchamos. El nivel de nuestras reuniones, con una libertad total de interacción que tampoco es muy frecuente, puedo avalarlo, genera siempre un brainstorming de ideas que hacen crecer el proyecto Club. Y, a nosotros, este aprendizaje continuo nos hace crecer como profesionales y tiene como consecuencia que no sea para ninguno un trabajo más: nos gusta y nos implicamos. Satisfacción profesional, de nuevo.
La tercera pata, a mi entender, del éxito del Club, es que hacemos coparticipantes del proyecto a nuestros propios usuarios/fans. Así se implican en un proyecto en el que creen y, como a un tiempo son parte y destinatarios de él, están motivados y nos dan lo mejor de su experiencia y su conocimiento. Buscamos entre nuestros usuarios a los mejores colaboradores, a los expertos, a los que nos pueden aportar algo más. Después ya editamos nosotros los materiales generados, tenemos el equipo para ello.
Esta es la estrategia de contenidos que nos funciona tan bien. Así, son autores de los ebooks de la Farmateca del Club de la Farmacia los principales farmacéuticos influencer y blogueros actuales, y han sido profesores de los cursos de formación 2.0 en los que el Club fue pionero (ya en 2011) los farmacéutico pioneros del 2.0 en Farmacia en España. De ahí el interés que despiertan nuestros contenidos y que los propios farmacéuticos sean los que nos los promocionen.
Pero crear esta sinergia no es fácil. Hablamos de vínculo, no de dinero. En mi opinión son dos las razones incuestionables de que hayamos podido establecer estos excelentes lazos de colaboración: la primera, porque tenemos en el equipo a @Inma Riu, farmacéutica influencer que lo conoce todo del sector, conoce y es respetada por todos y tiene criterio para distinguir a los mejores. Y, la segunda, porque nos podemos tratar de tú a tú con nuestro usuario target debido a que somos profesionales sanitarios como ellos: nos entendemos y respetamos profesionalmente, no se trata solo de un acuerdo comercial. Una vez más, eso nos enriquece y hace que nos impliquemos.
Este post es más personal que el resto porque…
…hace unos meses que se cumplieron 5 años desde que Almirall apostó por mí para preparar la renovación de la web del Club de la Farmacia; y este mes se cumplen 5 años de la primera reunión de equipo con la que arrancaba el desarrollo del nuevo Club. Para mí es una gran satisfacción personal y profesional el ver que un proyecto en el que he invertido mucha ilusión, mucha implicación y mucho esfuerzo, NO SOLO HORAS, ha triunfado.
Por ello quiero hacer mención a la persona que apostó por mí para este proyecto desde el primer momento, aunque no llegáramos a tener el tiempo para poder desarrollarlo juntas, @Marta Mampel. Repitiendo uno de los refranes preferidos de mi abuela, “es de bien nacidos ser agradecidos”, y si alguien cree en ti en un proyecto de este calibre, tienes la oportunidad de demostrar quién eres y qué puedes hacer. Aunque es cierto que yo llevaba a mis espaldas un curriculum y experiencia nacional e internacional potente que hacían la apuesta menos arriesgada, ella tuvo la valentía de apostar por un perfil diferente de “liderazgo” del proyecto, por la persona y no por la empresa, entre otros concursantes reconocidos y afianzados en el mundo de la industria farmacéutica. Recuerdo que cuando le pregunté el “porqué yo”, me contestó que “porque estaba convencida de que eras una persona que resolvía problemas, en lugar de darlos”.
Sí, supongo que soy así...soy cirujana de espíritu y formación, tengo el chip de arreglar lo que no funciona. Pero también he aprendido mucho con el Club, tengo mucho que agradecerle. Por ejemplo, en este momento me da la oportunidad de sentirme bien escribiendo este post, con una media sonrisa en los labios y el corazón calentito.
Kalispera medical writing continúa al cargo del equipo de contenidos del Club, y lo haremos mientras aquí nos quieran. Pero, después de cinco años, el proyecto ya está maduro, afianzado y necesita menos mi figura: como cualquier madre tengo que dejar a mi “hijo” profesional volar solo cuando crece, aunque cueste. Otros proyectos personales requieren parte de mi tiempo ahora, el día tiene solo 24 horas, qué os voy a decir…
Pero permaneceré cerca… y nos veremos en las comidas familiares. Y estaré detrás sin que se me vea mucho para intentar evitar que se equivoque o para ayudarlo a volver a su camino si las cosas se tuercen un poco. Las “mamás” somos así.